En el mundo del golf, hay golpes que impresionan por su potencia, como los drives de más de 250 metros. Pero si hay un golpe que realmente puede cambiar el resultado de una ronda y marcar la diferencia entre un jugador promedio y uno sólido, ese es el chip.
Aunque suele pasarse por alto frente a otros aspectos del juego, el chip es una herramienta esencial en el repertorio de cualquier golfista. En este artículo, queremos contarte por qué este golpe corto merece un lugar protagónico en tu entrenamiento y cómo trabajarlo correctamente puede transformar tu juego.
¿Qué es el chip?
El chip es un golpe de aproximación corto que se realiza generalmente desde una zona cercana al green, pero fuera de él. Su objetivo es levantar la bola apenas unos centímetros del suelo, para que aterrice suavemente en el green y ruede hacia el hoyo, como si fuese un putt extendido.
Se utiliza principalmente cuando no hay muchos obstáculos entre la bola y el hoyo y se busca un vuelo bajo con mucho rodada. Por lo general, se ejecuta con hierros cortos (como un pitching wedge o un sand wedge) o incluso con un hierro 9 o 8, dependiendo de la cantidad de rodado que se necesita.
El chip es, en esencia, un golpe de precisión, no de potencia. Su simpleza técnica aparente esconde una profundidad táctica clave en el score final.
¿Por qué es tan importante el chip?
Para entender la importancia del chip, basta mirar las estadísticas: más del 60% de los golpes en una ronda promedio se hacen en el green o en sus alrededores. Dentro de ese porcentaje, el chip es fundamental para dejar la bola lo más cerca posible del hoyo y tener oportunidades claras de uno o dos putts.
Dominar el chip significa tener la capacidad de salvar pares cuando fallas el green en regulación, o incluso hacer approach & putt para birdie en pares 4 o pares 5. En otras palabras: un buen chip reduce el margen de error y mejora notablemente tu consistencia en el campo.
Jugadores profesionales como Tiger Woods, Phil Mickelson o Seve Ballesteros han sido famosos por su creatividad y dominio del juego corto. El chip, en sus manos, era una obra de arte, una forma de resolver situaciones complicadas y dejar la bola «dada» una y otra vez.
Para los aficionados y jugadores en formación, desarrollar una buena técnica de chip puede marcar una diferencia de varios golpes por vuelta.
Errores comunes al chipear
A pesar de ser un golpe «corto», el chip puede complicarse si no se cuidan ciertos aspectos técnicos. Aquí algunos errores comunes que solemos ver en nuestros alumnos:
- Uso excesivo de las muñecas: muchas veces se intenta “levantar” la bola con las manos, lo que genera golpes inconsistentes.
- Peso mal distribuido: colocar el peso del cuerpo hacia atrás produce golpes “topados” o muy altos sin control.
- Selección incorrecta del palo: usar siempre el mismo wedge limita las posibilidades y obliga a modificar la técnica innecesariamente.
- No leer el terreno: un chip exitoso depende tanto del golpe como de la pendiente y velocidad del green. Ignorar esto es un error frecuente.
Consejos básicos para mejorar tu chip
- Colocación y postura
Adopta una postura más estrecha que en otros golpes. Coloca más peso (alrededor del 60-70%) sobre la pierna delantera, con las manos ligeramente adelantadas respecto a la bola. Esto favorece un golpe descendente limpio. - Movilidad controlada
Usa un movimiento similar al del putt, con poca acción de muñecas y mayor uso de los hombros. El swing debe ser corto y fluido, sin aceleraciones bruscas. - La elección del palo es clave
No todos los chips se juegan con el mismo palo. Si tienes espacio para que la bola ruede, un hierro 8 o 9 puede ser más efectivo que un sand wedge, ya que proporciona más control. Si necesitas más vuelo, opta por un pitching o un gap wedge. - Imagina una caída y rodado
Visualiza dónde quieres que la bola aterrice y cómo rodará hacia el hoyo. La proporción vuelo/rodado depende del palo y del terreno, pero una buena referencia es:
PW: 1/3 de vuelo, 2/3 de rodado
Hierro 8: 1/4 de vuelo, 3/4 de rodado
SW: 1/2 de vuelo, 1/2 de rodado - Practica con propósito
No se trata solo de chipear bolas al azar. Crea situaciones reales de juego: distintas distancias, lies irregulares, diferentes palos. Mide resultados y repite.
Cómo entrenamos el chip en nuestra academia
En Blackiron, consideramos el chip como una pieza fundamental del desarrollo técnico de cada jugador. No importa si estás comenzando o si ya compites: dedicar tiempo al juego corto es obligatorio para mejorar.
Nuestros entrenamientos de chip se enfocan en:
- Bases técnicas sólidas
Trabajamos postura, control de la cabeza del palo y lectura del green desde las primeras clases. - Variabilidad en los ejercicios
No entrenamos el chip siempre desde el mismo lugar. Simulamos condiciones reales: rough, fairway, cuesta abajo, cuesta arriba, etc. - Uso de diferentes palos
Enseñamos a nuestros alumnos a usar desde un hierro 7 hasta un lob wedge para chipear, adaptándose a cada situación. - Seguimiento personalizado
Analizamos con video y mediciones los progresos individuales, corrigiendo errores y potenciando fortalezas.
Los resultados hablan por sí solos: muchos de nuestros alumnos han logrado mejorar sus rondas en 3 o 4 golpes promedio solo con una mayor eficacia en el chip.
El Chip se puede convertir en tu mejor aliado para bajar tus resultados
Si quieres llevar tu juego a otro nivel, no necesitas necesariamente pegarle más fuerte desde el tee. Lo que realmente puede marcar la diferencia es saber qué hacer cuando te quedas corto del green.
Un chip bien ejecutado puede dejarte a menos de un metro del hoyo, darte confianza con el putt y salvar muchos pares (¡o convertirlos en birdies!).
Así que ya lo sabes: el chip no es un golpe menor, es un arma poderosa.
Entrénalo, entiéndelo, perfecciónalo… y pronto notarás cómo mejora tu confianza y, sobre todo, tu resultado.
Si quieres mejorar tu chip y dominar el juego corto, en nuestra academia trabajamos todos los días con alumnos de todos los niveles para lograrlo.
Súmate a una clase y empieza a bajar tus resultados ya mismo.